Periodismo y comunicación para
todas las edades
Una revolución silenciosa: La
revolución demográfica
Se
basa en aspectos considerados por las Naciones Unidas como fundamentales y urgentes
de atender: el envejecimiento demográfico y la convivencia actual, en el ciclo
vital, de dos nuevas generaciones, una de viejos y otra de jóvenes.
Estas
conformaran la sociedad cada vez más cambiante de este siglo XXI. Habrá nuevos
retos sociales y políticos. Todo esto requiere de una conformación permanente
de capital humano, social, y económico, teniendo en cuenta una enorme variedad
en varios campos.
Dos nuevas generaciones
Estas
dos nuevas generaciones. Mayores de 60 años, y la de los jóvenes entre 15 y 24
años. Los cuales conformaran la sociedad del milenio que ha comenzado,
constituyen uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo. Pondrán a prueba la
capacidad de familias, sociedades y gobiernos para proporcionarles educación y
atención en salud, así como seguridad social y financiera.
Diversidad etárea:
Adulto
centrismo
Envejecimiento demográfico
El
envejecimiento de la humanidad incide y, por primera vez también propone un replanteamiento
en el perfil de las familias y en las relaciones entre sus miembros, en la estructura
y en el funcionamiento de las grandes ciudades, en los tipos de vivienda en los
modelos de producción y de prestación de servicios, así como en los ámbitos de
consumo, porque de manera paralela se ha trasformado el desarrollo personal, así
como las relaciones sociales.
Ser personal adulta mayor
Los ancianos de hoy son personas más sanas, más
educadas y más activas. Lo que se debe hacer es alertar a la juventud que,
previniendo su longevidad, vea y entienda la vida como un proceso que requiera
una preparación permanente y una cadencia en la acumulación de capital y sus
recursos.
Importante tomar estos tres
puntos en cuenta:
Capital Humano (Estilo de vida saludable- Aptitudes
relacionales)
Capital social (Redes solidaridad)
Capital económico (Ahorro pensiones)
Construcción sociedad para todas
las edades
El
desafío es lograr una sociedad para todas las edades, basada en la idea de una
sociedad para todos. Esto es un planteamiento de la Cumbre Mundial sobre
Desarrollo Social (Copenhague, 1995) la cual permita realizar el potencial de
la totalidad de las personas en beneficio común. Una sociedad para promover la
integración entre las diferencias en y
entre todos los individuos.
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